Un arte que se apoderó de mis manos
Reflexiones inesperadas sobre un arte que no me pertenece, sobre un arte que me atraviesa y que quizás lleva muchas vidas forjándome
Este escrito brotó de manera inesperada en el umbral del vuelo que me llevaría de Bogotá a Ciudad de México. Sentada junto a la ventana, observando el ajetreo previo al despegue, sentí de pronto un impulso inexplicable, una corriente sutil que nacía desde dentro. Antes de comprenderlo del todo, mis manos ya habían tomado el celular, mis dedos se deslizaron instintivamente hasta abrir las notas… y mi alma me entregó estas palabras.
Espero despierten algo en ti, también.
Marzo 21, 2025- vuelo Bogotá- Ciudad de México
Siempre he tenido una fascinación por el alma, un deseo de encontrarme con ella, de sentirla, de comprenderla; ella, un pedazo tan vivo y tan esencial de mí.
Usualmente, cuando pensaba en mi alma, la percibía como una presencia flotante, casi hecha de aire, un suave velo, un susurro efímero que se me escapaba continuamente con el viento… Una y otra vez, mi ser entero anhelaba retenerla, envolverla entre mis manos, no dejarla ir.
¿Puedes relacionarte con este sentir?
Era octubre de 2022 y me preparaba para una toma de medicina con quien, en aquel entonces, era mi terapeuta. Poco antes de la ceremonia, escuché unas palabras que cambiarían para siempre mi manera de relacionarme con el alma.
“Entonces, a eso vinimos: a Jardinear nuestra alma”, dijo Josema…
Aún no comprendía del todo esas palabras, pero retumbaron en lo más profundo de mí. ¿Cómo así que puedo tocar mi alma? ¿Cómo así que puedo palparla, sentirla… y que, de algún modo, se dejará moldear por mis manos?
Y sin saberlo, comencé un camino de re-significar mi relación con aquella presencia efímera que tanto anhelaba tocar. No fue sino hasta que empecé a verla como una tierra fértil, húmeda, oscura—desde donde pulsa toda la vida—que mi alma dejó de volar por el cielo. Me permití hundir las manos en ella, embadurnarme de su esencia, palpar sus símbolos… y entonces, finalmente, mi alma aterrizó la tierra, en mi tierra, en donde siempre había estado, esperando mi llegada.
Fue entonces cuando comprendí que solo yo podía conocer los vastos e infinitos paisajes de mi alma. Fue entonces cuando una puerta oculta dentro de mí se abrió, y los lenguajes más antiguos de mi ser comenzaron a reconquistarme…
Esta fascinación crece cada día más, un camino infinito que quiero palpar, sentir, oler, tocar, arrastrarme en él, untarme de él, sumergir mis manos en mi alma viva, tan viva, tan infinita, tan profunda, tan misteriosa e incomprensible para mi mente, que siempre intenta interpretarla.
Poco a poco sus lenguajes comenzaron a revelarme que ella es el tejido vivo que entrelaza todo lo que brota de mis manos. Comencé a reconocer que, así como podía entablar una relación con mi alma, ella también pulsaba a través de todo lo que mi ser deseaba convertir en creación. Mis retiros, mis ofrendas, los espacios que diseñaba… todos hablaban con sus símbolos, todos eran una interpretación viva de lo que me atravesaba.
Pausa un momento conmigo… Imagina por un instante, ¿cómo sería jardinear tus propios paisajes creativos?
Tu alma también habla a través de las corrientes de inspiración que te envuelven.
Ella vive en aquello que creas, en los espacios que moldeas
En los proyectos que llevan tu nombre…
No hay nada que más me haga sonreir, que cuando veo creaciones hiladas en profunda coherencia con el alma que las habita. Reconquistar aquellos vastos y profundos territorios simbólicos donde ella se asienta, es ahora mi gran fascinación.
Porque aquello que ha brotado de mis manos en forma de creación, ha nacido del diálogo sostenido que he tenido con mi alma. Y para mí, no hay privilegio ni regalo más grande que transformar los lenguajes de nuestra alma en creación—y no cualquier creación, sino una que sepa traducir y honrar su esencia.
Esto es un arte.
Un arte que se apoderó de mis manos y que me invita continuamente a explorarlo con profunda devoción
Un arte que no me pertenece
Un arte que me atraviesa
Un arte que quizás lleva muchas vidas forjándome
Y un arte que sé, también habita en ti—pues tu alma tiene su propio lenguaje majestuoso, uno que solo tú puedes traducir para traerlo al mundo en las formas que desea tomar.
Entonces te pregunto, ¿si pudieras meter las manos en la tierra interna de aquello deseando ser expresado a través de ti, qué moldearías?… o más bien, ¿cómo te dejarías moldear por ella?




En este mes de Abril, me preparo para abrir un pequeño rincón secreto dentro de los paisajes creativos de ODA. Un jardín para meterle las manos a la tierra de aquello que creamos- desde la exploración de diferentes artes y lenguajes. Un espacio atemporal que se despliega en ritmos suaves e intuitivos, guiado por nuestros propios deseos creativos.
Un espacio que nutrirá tu camino con:
- Herramientas de diseño basadas en la escucha profunda.
- Encuentros curados por facilitadores invitados de diferentes corrientes creativas.
- Una biblioteca viva para explorar a tu propio ritmo.
- Un espacio para crear desde el sostén colectivo.
EL JARDÍN by Oda
** este será un espacio muy íntimo para solo 11 artistas, facilitadoras, guías** entra en el waitlist aquí.
Precioso, dulce y armonioso.